Los desarraigados en Ciudad Bolívar nos enseñaron que tienen una enorme capacidad para construir un nuevo hogar y mundo, tejido de belleza, alegría, vida y esperanza en su nuevo arraigo.  Nos dieron el testimonio de que son arquitectos de nuevos lugares humanos, eco-compatibles, incluyentes y saturados de hermandad, solidaridad, hospitalidad y convivencia. Son el nuevo rostro de Bogotá e incluso el ejemplo que deberá seguir Colombia para dejar atrás la guerra, la violencia, el egoísmo, el rencor y el “ecocidio”.    

ESTE SITIO FUE CONSTRUIDO USANDO