30 May
30May

“Los Estados deben comprender que los tres rostros de la migración (emigrante, inmigrante y transeúnte) deben gozar de sus derechos humanos fundamentales como seres humanos y como migrantes. Que la migración no es un crimen, sino un derecho. Que el migrante no es una amenaza, sino una oportunidad. Que la migración puede ser, en muchos casos, la única alternativa para salvar la esperanza y el futuro. Que la migración puede ser una apuesta por la dignidad. Que el migrante es un ser humano, antes de ser nacional de tal o cual país”

Ver artículo completo: La política desarraigada y la migración de la esperanza

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