El desarraigo es un camino que nos aleja de lo propio, de lo heredado, de lo ancestral. De lo que hemos vivido de donde hemos sembrado, de donde hemos jugado y de donde hemos dormido en paz. Implica explorar lo inexplorado y sentir miedo e incertidumbre, de lo que viene y de lo que ya no vendrá. Reinventarse la vida y el futuro, encontrar costumbres, ideas y emociones nuevas. Implica cambio y frenesí, crecimiento y búsqueda. Implica encontrarle sentido a los acontecimientos y formar lazos de apoyo para no caer, para no temblar. Dejar una vida que viene armada, para armar otra desde los cimientos.